áreas geopatógenas

La sal como recurso identificador de áreas geopatógenas

El hecho de contar con un buen espacio de trabajo y gozar de un descanso apropiado en casa toma cada vez más importancia en nuestro día a día.

Por ello, cuando en el despacho nos enfrentamos al diseño de una casa saludable, previamente siempre realizamos un estudio de geobiología para detectar las zonas geopatógenas del solar que pueden causar alteraciones en nuestro organismo.

No obstante, hoy queremos compartir un post sobre un método sencillo y efectivo que es posible llevar a cabo a nivel doméstico, para analizar las zonas nuestro entorno más próximo en las que pasamos la mayor parte del tiempo, como la casa o el lugar de trabajo.

Se trata del uso de la sal como recurso identificador de áreas geopatógenas. Veamos en primer lugar a qué nos referimos con el término “geopatógeno/a”:

¿QUÉ ES UN ÁREA GEOPATÓGENA?

A nivel general, podemos definir una zona geopatógena como aquella que, debido a la composición del sustrato geológico del subsuelo, la existencia de corrientes de agua subterráneas, fallas geológicas o diaclasas, genera pequeñas o grandes alteraciones en la superficie.

Estas variaciones pueden provocar trastornos en la salud de las personas que estén expuestas al área geopatógena durante largos periodos de tiempo.

Es muy importante destacar que la exposición debe ser prolongada. Por ello el auténtico problema reside en lugares en los que pasamos largos periodos de tiempo, como el dormitorio, el sofá o el lugar de trabajo.

Algunos síntomas como las migrañas, jaquecas, tos irritativa, escozor de ojos, sinusitis o fatiga, pueden estar relacionados con la disposición de los espacios de descanso, pudiendo encontrarse sobre una de estas áreas patógenas.

LA SAL COMO RECURSO IDENTIFICADOR DE ÁREAS GEOPATÓGENAS

Como comentábamos al inicio del post, a nivel doméstico podemos utilizar la sal como recurso identificador de áreas geopatógenas. Para ello necesitaremos agua, sal, un medidor de líquidos y varios recipientes de plástico o vidrio.

¡A continuación os mostramos el experimento paso a paso!

Paso #1: Diluir la sal en el agua

El primer paso consistirá en diluir sal en varios recipientes con agua, uno para cada punto que queramos estudiar. Debemos considerar que cada punto de análisis necesitará aproximadamente 50cl de agua, lo que corresponde a medio envase de yogur.

Para emplear la sal como recurso identificador de áreas geopatógenas, la diluiremos en el recipiente con 50cl de agua hasta el punto de saturación, es decir, hasta que el agua no acepte más sal. Sabremos que hemos llegado al punto de saturación porque la sal se depositará en el fondo del recipiente.

Paso #2: Verter y depositar en lugar estratégicos

En segundo lugar verteremos el agua con sal en un recipiente de plástico o vidrio hasta la mitad y lo colocaremos en los lugares a analizar. Seleccionaremos puntos estratégicos como bajo la cama (zona del torso o la cabeza), bajo el sofá (en cada extremo, bajo la zona de sentarse) o en el espacio de trabajo.

Lo depositaremos en estos lugares y lo dejaremos reposar hasta que se haya disuelto totalmente el agua y sólo quede la sal en el fondo de los recipientes.

Para este segundo paso nunca utilizaremos envases que contengan partículas metálicas, ya que alterarían el proceso. Por este motivo evitaremos recipientes metálicos y cerámicos, ya que la cerámica puede tener fibras metálicas.

Paso #3: Observaciones

Una vez se haya disuelto toda el agua, observaremos los resultados del uso de la sal como recurso identificador de áreas geopatógenas:

Aquellos lugares en los que la sal se deposite de forma ordenada y “relajada”, mediante pequeños cristales, serán los de menor afectación geopatógena. En nuestro caso el sofá sería el mejor lugar de reposo, como posteriormente nos confirmó la familia residente en la casa.

En cambio, en aquéllas zonas en que la sal se deposite de forma apelmazada y más caótica serán las que presenten alguna alteración geopatógena.

Es esencial aclarar que existen alteraciones al margen del subsuelo que pueden alterar este experimento, como por ejemplo un excesivo contenido de aparatos eléctricos en funcionamiento o una elevada contaminación electrostática cerca de la muestra.

No obstante sigue siendo una forma sencilla y efectiva de comenzar a analizar la idoneidad de nuestro hogar como lugar saludable y de descanso.

Hasta aquí este post sobre la sal como recurso identificador de áreas geopatógenas. Como siempre, recordaros que en indi arquitectura estamos a vuestra disposición para cualquier duda o consulta.