Estufa masa térmica

La estufa de masa térmica como sistema global de calefacción

Quiero comenzar esta entrada con una pregunta directa: seguro que has estado alguna vez frente a la llama de una chimenea de una casa de campo, de aquellas de piedra o ladrillo… ¿recuerdas la sensación? Es más… ¿Recuerdas la sensación que perdura cuando el fuego ya languidece pero aún calienta?

Este calor que penetra en nuestros tejidos y que parece que calienta desde dentro de nosotros hacia afuera es el calor radiante, es decir, energía electromagnética de la misma longitud de onda que la que alcanza la corteza terrestre proveniente del sol.

¿CÓMO FUNCIONA UNA ESTUFA DE MASA TÉRMICA?

La base de una estufa de masa térmica o de alto rendimiento es la capacidad de sus materiales, de su masa, de almacenar esta energía producida a través de la quema de una carga determinada de madera para luego liberarla poco a poco.

Como casi todo sistema que tiene su base en procesos naturales, la estufa de masa térmica supone una opción altamente eficiente y saludable para una vivienda, especialmente si se combina con otros conocimientos de calidad del ambiente interior como la humedad relativa para crear un bioclima ideal.

En climas donde el frío baje de 0 grados en invierno durante varias horas de la noche basta con encender dos cargas de leña (de unos 14Kg cada una) en una estufa de masa térmica para que la vivienda esté 24 horas a una temperatura confortable.

La eficiencia es tal que una vivienda con un sistema de calefacción como éste tiene automáticamente muchas probabilidades de obtener una calificación energética A, la más alta posible.

Eso sí, para que esto sea posible deben de cumplirse dos requisitos:

1. Que la masa de la vivienda, paredes, fachadas, y suelos, sea pétrea o cerámica y por tanto posea una elevada inercia térmica para acumular calor.

2. Que esté debidamente aislada, con buenos espesores de aislamiento y con un buen diseño que evite los puentes térmicos.

Si aseguramos estos factores, el ahorro en calefacción podría llegar a porcentajes altísimos, es más, el tipo de leña necesaria para el funcionamiento de la mayoría de estas estufas se puede encontrar casi en cualquier bosque. El único requisito es que la leña esté bien seca, por lo demás, no se necesitan leños de muy alto poder calorífico.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS PARA LA SALUD DE UNA ESTUFA DE MASA TÉRMICA?

La elección de un sistema de calefacción con estufa de masa térmica proporciona una mejor calidad ambiental y genera un calor natural y saludable en el hogar. Veamos qué beneficios implica para la salud de las personas.

Ausencia de polvo

Al tratarse de un sistema de calefacción por radiación, sin necesidad de circulación de aire, se evita la producción de polvo o ceniza en el ambiente, lo cual evita alergias, resfriados, inflamación ocular o asma, entre otras dolencias.

Ausencia de emisión de gases tóxicos

Además, una estufa de masa térmica no emite vapores ni gases tóxicos, como el monóxido de carbono, al interior de la vivienda, ya que se trata de un elemento estanco. Por este motivo tampoco genera malos olores ni ruidos o vibraciones.

Reducción de la temperatura de calefacción

La calefacción por radiación permite lograr el confort térmico con menos grados de temperatura. Normalmente basta una temperatura del aire de la habitación de 18ºC si predomina el calor por radiación. Esta temperatura es desde muchos puntos de vista más saludable que los valores usuales de 22ºC a 26ºC, ya que ablandan e impiden tener una respiración profunda.

Mantenimiento de la humedad relativa

La humedad relativa de un ambiente interior saludable debe mantenerse entre el 30% y el 60%, siendo un 45-50% el valor óptimo. En el caso de la estufa de masa térmica, el calor se irradia al ambiente a través de la inercia térmica de los materiales. De este modo, al no producirse una circulación de aire, no se reduce excesivamente la humedad relativa ambiental.

Inexistencia de cargas electrostáticas

Las cargas electrostáticas se acentúan por baja humedad relativa, altas temperaturas del aire, circulación de aire y polvo o pinturas sobre superficies metálicas. Este sistema de calefacción por radiación evita todas estas casuísticas por lo que se reducen las cargas electrostáticas del ambiente.

Mejora del estado psíquico y físico

Cuando generamos un ambiente interior saludable mejora el estado físico y anímico de las personas que lo habitan. A nivel físico se producen efectos como la relajación de la musculatura vascular, la mejora el metabolismo, la reducción de la hipertensión, la regulación de la temperatura corporal o la buena irrigación sanguínea de la piel.

A nivel psíquico se consigue más tranquilidad en el sistema nervioso central, un aumento del rendimiento o una mayor vitalidad, lo cual mejora la sensación de bienestar.

UNA ESTUFA DE MASA TÉRMICA TAMBIÉN TIENE BENEFICIOS PRÁCTICOS

De la mano de los beneficios para la salud van los beneficios funcionales o prácticos. Veamos de qué se trata.

Optimización del funcionamiento y mantenimiento

El funcionamiento de una estufa de masa térmica es cómodo y sencillo. Requiere un mínimo mantenimiento y su limpieza es sencilla, ya que no genera polvo, ni ceniza. Es más, su mecanismo es tan simple y robusto que rara vez precisa de una reparación en toda su vida útil.

Seguridad de utilización

Las estufas de masa térmica son más seguras que las estufas de hierro, ya que evitan las quemaduras, sobre todo cuando hay niños en la casa. Además, al no producir hollín son más seguras respecto a incendios de chimenea.

Flexibilidad de temperatura en el hogar

La calefacción radiante produce un calentamiento desigual de las diferentes estancias de la casa, es decir, no se produce monotonía térmica.

El calor transmitido por radiación disminuye exponencialmente con la distancia, de modo que cada usuario de la vivienda puede elegir el lugar que le resulta más agradable. Desde el punto de vista fisiológico hay que destacar que las radiaciones penetran más en la piel, por lo que son más eficaces que el aire caliente.

Combustible renovable y local

La estufa de masa térmica no genera casi contaminación medioambiental, gracias a su gran eficiencia y el uso de combustibles renovables y de origen local, como la leña o los pellets. La distribución y venta de estos recursos participa de una economía local y sin grandes tasas de transporte.

Quemando leña de forma eficiente conseguimos valores de emisiones muy por debajo de las exigencias europeas de la llamada » llama verde» o sistemas de combustión eficiente.

Independencia del suministro eléctrico

Por último, una estufa de masa térmica no depende del suministro eléctrico y por lo tanto sigue funcionando en los ocasionales cortes de luz. Además, es posible complementar la mayoría de las estufas de masa térmica con un intercambiador de calor para calentar agua.

Aproximadamente un 10% del calor acumulado se puede transportar mediante agua caliente y servir así de apoyo al sistema del ACS.

Otros usos

La combustión de la carga se produce en relativamente poco tiempo, entre 30 minutos y una hora dependiendo de la carga, durante este proceso la cámara de combustión alcanza temperaturas superiores a 800ºC aunque los ladrillos exteriores nunca llegan a quemar al tacto.

La chimenea irá absorbiendo ese calor y transmitiéndolo al exterior durante las próximas 12 horas y durante ese tiempo es el momento ideal para preparar un buen pescado al horno o unas verduras, dejarlas tapadas dentro de la chimenea y marcharnos a trabajar para encontrarnos que al medio día tenemos un delicioso manjar esperándonos recién horneado.

Sí, una estufa de masa térmica permite cocinar, no para hacer barbacoas sino para un tipo de cocina mucho más saludable y limpia, y lo que es mejor, se cocina en casa mientras estamos fuera sin necesidad de preocuparnos por dejar un fuego en marcha, sólo mediante el calor remanente.

Así que ya sabéis, por la noche dejamos preparada la masa de pan o de bizcocho y durante el día los solomillos o las doradas a la sal que siempre tendremos comida recién horneada.

¿ES MUCHO MÁS CARA UNA ESTUFA DE MASA TÉRMICA QUE UNA CONVENCIONAL?

Finalmente abordaremos la pregunta que posiblemente muchos os estéis haciendo, ¿es más cara una estufa de masa térmica que una convencional?

La inversión inicial es superior. Dependiendo del tipo de estufa, el precio de una estufa de masa térmica oscila entre los 4.000 y los 10.000€. En cambio, una estufa o chimenea convencional costaría entre 500 y 3.000€, eso sí, estufas de diseño al margen que van de los 6.000€ a los 15.000€, incluso más.

No obstante, el incremento del coste inicial se recupera en un plazo relativamente corto de tiempo, entre 5 y 10 años, debido al ahorro en combustible. Una vez superada la inversión inicial todo es ahorro, ya que el combustible que utilizan las estufas de masa térmica es el más económico del mercado, la tecnología la más eficiente y las reparaciones tienden a cero.

¿Qué gasto mensual implica una estufa de masa térmica?

Habitualmente las estufas de masa térmica queman de media entre 12 y 15 Kg de leña al día. Por lo tanto hablamos de un consumo estimado de unos 500 Kg al mes.

A una media de 120€ por tonelada de leña, estamos hablando de un consumo entre 50 y 60€ al mes, para calentar confortablemente una casa de unos 100m² durante las 24 horas del día.

Dependiendo de la calidad del aislante térmico de la vivienda y la zona climática, la necesidad de calefacción variará de 3 a 6 meses al año. A más uso, más rápido se rentabiliza la inversión.