¿En qué consiste el diseño de una casa saludable?
El desarrollo tecnológico y el urbanismo más agresivo que ha evolucionado en las últimas décadas ha derivado en la creación de viviendas que no reúnen las condiciones de biocompatibilidad que serían recomendables y que, en el peor de los casos, pueden enfermar a sus habitantes.
El término Biocompatible se refiere a crear entornos que promuevan el desarrollo biológico de un organismo vivo complejo como el ser humano.
Seguramente muchos pensaréis que esto es una obviedad pero lamentablemente no es así, hoy en día se construye en lugares que deberían de declararse no aptos para la vivienda y se promueve en exceso la creación de entornos sumamente agresivos bajo el amparo del deseado desarrollo tecnológico.
En Indi arquitectura, cuando planteamos un diseño saludable lo hacemos desde varios frentes conjuntamente con el objetivo de sincronizar las necesidades del cliente con los objetivos del proyecto a nivel funcional, estético, técnico y de salud.
¡Veamos los aspectos clave a tener en cuenta para el correcto diseño de una casa saludable!
PASOS A SEGUIR EN EL DISEÑO DE UNA CASA SALUDABLE
El solar
En el momento de la elección del solar donde se levantará una casa saludable será absolutamente necesario llevar a cabo un estudio previo de biohabitabilidad.
De este modo realizaremos un análisis detallado a distintos niveles:
1. A nivel logístico
En primer lugar es imprescindible una buena elección de la localidad y el barrio donde se ubicará el solar, a través de un estudio del tejido urbano para determinar su composición social o la existencia servicios de transporte público, comercio o equipamientos.
2. A nivel técnico
En este caso analizaremos parámetros como la edificabilidad y ocupación del solar, la tipología de vivienda permitida (unifamiliar, plurifamiliar, etc) o la accesibilidad peatonal y rodada al terreno. Estos aspectos los encontraremos en las normativas municipales y regionales de la zona donde queremos edificar.
3. A nivel de confort
Para garantizar un diseño confortable y agradable es preciso prestar atención a factores como la orientación del solar, las vistas, la contaminación del lugar, el asoleo, la pendiente del terreno o la vegetación existente.
Todos los aspectos mencionados anteriormente y seguramente muchos otros, son los que cualquier persona tendría en cuenta a la hora de seleccionar un solar. Sin embargo nosotros añadiremos un cuarto grupo de comprobaciones que se deberían de llevar a cabo una vez hubiésemos preseleccionado entre una y tres opciones.
4. A nivel de salud
La última de las comprobaciones que deberemos efectuar en nuestro solar será el estudio a nivel de salud del mismo. De este modo el terreno que elijamos tendrá más posibilidades para el correcto diseño de una casa saludable.
El análisis de un solar a nivel de salud consiste básicamente en la realización de un estudio de biohabitabilidad, profundizando en cómo los ambientes creados por la arquitectura influyen de manera positiva o negativa sobre la biología de las personas que lo habitan.
A continuación detallaremos más los campos a trabajar en un estudio de biohabitabilidad.
La realización o no de un estudio de Biohabitabilidad antes de adquirir un solar puede condicionar el resto de nuestra vida.
El estudio de biohabitabilidad
Como introducíamos anteriormente, la realización de un estudio de biohabitabilidad es uno de los pasos a seguir en el diseño de una casa saludable.
Cuando realizamos un estudio de biohabitabilidad trabajamos, entre otros campos, los tóxicos, la humedad, los colores, la contaminación eléctrica del lugar, el tratamiento del agua, la biología de los materiales o las radiaciones de los aparatos wifi y la telefonía inalámbrica.
Así, con una inversión muy controlada podremos determinar la existencia de radiaciones naturales como las telúricas,provenientes de los estratos geológicos bajo el terreno, o de gas radón, de igual modo que las artificiales como los campos eléctricos y electromagnéticos.
También podremos valorar si son de suficiente intensidad como para ser tenidas en cuenta a la hora de elaborar el diseño de una casa saludable en nuestro solar.
De este modo, el estudio de biohabitabilidad aportará una información muy valiosa, que debe complementarse con un amplio paquete de decisiones a todos los niveles. Pensemos que el master de bioconstrucción impartido por elInstituto Español de Bioconstrucción (IEB), el más alto estamento en esta materia a nivel nacional, consta de 25 temas y sólo dos de ellos trabajan exclusivamente el entorno de la vivienda y las radiaciones, tanto naturales como artificiales.
El estudio de geobiología
Una parte a destacar dentro del estudio de biohabitabilidad es la geobiología, la ciencia que estudia cómo afecta a la salud de las personas la estructura del subsuelo y las energías artificiales generadas por el ser humano.
Al realizar un estudio de geobiología detectaremos las radiaciones del lugar para detectar, limitar y evitar las zonas con geopatías dañinas para nuestra salud.
De este modo, utilizando la técnica de la radiestesia, identificaremos las alteraciones existentes en un terreno como las corrientes de agua subterráneas, las fallas geológicas, las líneas Hartmann y las líneas Curry.
La geometría y las proporciones en el proceso de diseño
Cuando hablamos de diseño de una casa saludable, hablamos de un paquete de conocimientos y por tanto de decisiones basadas en un planteamiento holístico de la arquitectura; huimos de la idea de afrontar cada proyecto como una empresa única e independiente y sí como una parte de un todo; ese todo va más allá de la ciudad, se trata de una concepción global, a nivel medioambiental, social y energético.
Por este motivo no es extraña la aparición de conceptos y teorías más allá de la parte técnica en la elaboración de estos diseños, conocimientos contrastados por el paso de los siglos pero aún no sistematizados por el conocimiento occidental, mucho más racional que espiritual.
Hablamos de la arquitectura de la proporción Aurea o número de oro, de la geometría sagrada (denominada así por su constante empleo en la construcción de edificios religiosos de cualquier creencia) o incluso del Feng Shui taoísta o la arquitectura maya.
Todos estos conocimientos se encuentran presentes en el planteamiento de cada proyecto y sólo en función de la voluntad del cliente aparecerán y se plasmarán de forma más o menos intensa en cada ocasión-“Cada proyecto es una aventura que se va definiendo a medida que avanza en el tiempo”, sabemos cómo empezaremos pero nunca cómo acabaremos un trabajo.
La arquitectura saludable debe de afrontarse con un espíritu crítico pero abierto a nuevos conocimientos en muchos casos totalmente inesperados.
La disposición de la tecnología
En el ámbito más tecnológico de la arquitectura, el diseño saludable se plantea desde la perspectiva más general como la volumetría, distribución o sistema constructivo, hasta los detalles más concretos, como la disposición concreta del cableado eléctrico, el color de las paredes o los tejidos de las cortinas.
El objetivo final de este tipo de diseños es que el ambiente interior sea confortable en términos de salud, ambientes libres de tóxicos, sin contaminación de ningún tipo, con una ventilación adecuada que permita el control térmico y depure el aire, con una aportación de radiación solar adecuada y un largo etcétera.
Los dormitorios son los santuarios de la arquitectura sana, son los lugares donde nuestro organismo se repara y revitaliza, donde, durante la noche, se producen las acciones biológicas más importantes del organismo y debemos de asegurar su correcto funcionamiento. Por ello es imprescindible la total ausencia de radiaciones artificiales o naturales en las zonas de reposo.
Los materiales
Los materiales también representan un aspecto clave a tener en cuenta en el diseño de una casa saludable. A continuación compartimos algunas estrategias para conseguir un hábitat más sano.
En cuanto a la estructura, un sistema estructural con exceso de material ferromagnético, como la estructura metálica y en algunos casos el hormigón armado, puede funcionar como amplificador de las radiaciones electromagnéticas artificiales. Por ello, en la medida de lo posible minimizaremos su utilización.
De este modo, para el diseño de una casa saludable optaremos por sistemas de muros cerámicos o pétreos de carga, evitaremos los forjados reticulares y optaremos por sistemas pre-industrializados de hormigón (poseen menos armadura) o directamente sistemas alternativos como la madera estructural tipo CLT o entramado de madera.
En cualquier caso, los materiales utilizados serán aquellos marcados con sellos de calidad ambiental como el sello FSC para la madera, distintivos de ensayos de IBR, distintivos ecológicos como el francés “Ángel Azul”, las ecoetiquetas como la de AENOR española o el “Distintiu de Qualitat ambiental” de la Generalitat de Catalunya.
Trataremos de crear un entorno interior donde los materiales utilizados sean poco industrializados y de base mineral, pintaremos con pinturas de cal, silicato, arcilla o grafeno y revestiremos los suelos con maderas aceitadas, gres no porcelánico o pavimentos de base pétrea.
Eliminaremos la presencia de productos con compuestos orgánicos volátiles (COV) o disrruptores hormonales, ya que la presencia de estos compuestos en el ambiente interior, especialmente donde la ventilación es escasa, puede generar importantes enfermedades a largo plazo, la mejor manera de controlarlos es no utilizándolos.
La edificación busca la excelencia a nivel térmico, con una calificación energética “A” en la mayoría de los casos, prestando también especial atención a la eliminación de la contaminación acústica, pues un factor elemental para obtener un descanso óptimo durante la noche es el silencio.
El confort térmico en el diseño de una casa saludable se trabajará siempre desde las formas más saludables y amables de acondicionar la casa. Por ejemplo, la calefacción siempre se propondrá de radiación, con suelos, paredes, techos o estufas radiantes, puesto que la forma en que nuestro organismo acostumbra a percibir el calor más reconfortante es a través de la radiación del sol o el fuego.
No es nada extraño puesto que nuestro organismo actual es fruto de una evolución natural a lo largo de millones de años durante los cuales el sol fue siempre la referencia a nivel térmico, es más, los ritmos biológicos del sueño, el hambre, los digestivos y cardiovasculares entre otros se rigen por el sol, son los llamados ritmos circadianos.
Los sistemas de calefacción por radiación varían mucho, desde los más tecnificados como los techos radiantes mediante conducción de agua (frío o calor), hasta los más clásicos como las estufas de masa térmica, que no por su antigüedad han dejado de utilizarse, al contrario, las seguimos instalando de forma habitual.
La refrigeración se trabaja mediante un diseño que promueva la creación de espacios en sombra donde el aire sea ligeramente más fresco y un correcto diseño de las oberturas que facilite la generación de brisas de aire de forma natural.
Estos sistemas suelen apoyarse en instalaciones que aseguren alcanzar en todo momento las temperaturas de confort pero que trabajarán a bajas capacidades, de hecho durante muchos meses del año ni se disparan los termostatos porque no es necesario ningún refuerzo.
Instalaciones de agua y electricidad
Las instalaciones de agua también son diseñadas de forma que favorezcan un entorno saludable, aplicando, si se precisa, sistemas de tratamiento de agua como la descalcificación o la osmosis.
El diseño de una casa saludable adquiere una enorme dimensión al enfrentarnos al diseño de una instalación eléctrica, ya que la elevada tecnificación de las viviendas sumada a la dependencia que la tecnología ha creado en los habitantes han derivado en la generación de ambientes extremadamente hostiles las horas previas al descanso.
Mientras que la naturaleza envía todas las señales de que el día se acaba y que nuestro organismo también debe de hacerlo para preparase para un correcto descanso, nosotros llenamos nuestras casas de luz artificial, pantallas de televisión y ordenadores (luz fría, opuesta a la del atardecer) y todo tipo de actividades que estimulan nuestro cerebro.