Las cuatro estaciones se suceden implacablemente año tras año, si consigues fluir en sus brazos en el transcurso de los días, semanas y meses obtendrás beneficios nada despreciables. Hoy os traemos varias claves para adecuar tu casa a cada estación.
“Árbol del las Cuatro Estaciones” por David González Valor.
LAS ESTACIONES
Al hablar de las estaciones del año, lo primero en venirte a la cabeza seguramente sea el cambio climático, y es normal, las estaciones se han alterado, y en un futuro cercano verano e invierno prevalecerán sobre primavera y otoño, que serán mucho más cortas.
De un modo u otro las estaciones seguirán existiendo y con ellas la opción de sincronizarte con sus matices, a nivel técnico, preparando tu vivienda para la llegada de lluvias, frío o calor según la temporada, o a nivel emocional, ya que cada estación lleva asociados determinados estados emocionales, introspección, extroversión, melancolía etc.
Estos cambios, absolutamente naturales y compartidos por la mayoría, conllevan también determinadas alteraciones a nivel endocrino (biorritmos) y te empujan, si sabes interpretarlos, a realizar pequeños cambios de hábitos continuos para sentirte siempre en plenas facultades.
Imagen de FEEL THE BRAIN.
LA PRIMAVERA
Empecemos por la estación en la que nos encontramos, en 2020 la primavera comenzó oficialmente el 20 de marzo, seguramente ya llevarás semanas percibiendo la subida progresiva de las temperaturas y el aumento de las horas de luz de cada día.
Aunque probablemente la explosión de color que se produce en el paisaje natural, junto con tu estado emocional, también en plena ebullición ante la perspectiva de los meses más calurosos y festivos del año, no te permitan prestar atención a otros aspectos propios de esta fantástica estación.
En casa convendrá, en primer lugar, revisar el correcto funcionamiento de los sistemas de refrigeración para afrontar los meses venideros; en viviendas unifamiliares es el momento de plantear la instalación de mosquiteras si aún no las tienes. Desde el punto de vista de decoración, debes introducir color en casa a través del cambio de ropa del hogar, estores, cortinas y cojines.
Con la primavera resurgen los colores más variados y vivos. Para no caer en la trampa de convertir tu casa en una combinación excesivamente ruidosa, te aconsejamos la utilización de gamas cromáticas propias de la estación, combinadas con colores neutrales.
Un ejemplo sería que tonos granates, rosa palo y beige gobiernen y se organicen rodeados de tonos blancos y marrón claro.
Por último, decorar con naturaleza siempre es una de las primeras opciones recomendadas, es especialmente positivo si además son plantas “de temporada”, es decir, con floración natural. Puede que parezca secundario, pero toda decisión que sume en la línea de crear un ambiente interior que replique el exterior, a nivel cromático, lumínico, temperatura, etc. es percibido y refuerza todos tus sensores biológicos.
EL VERANO
La principal característica de esta estación del año es el calor, lo que quizás no sepas es que respirar aire caliente conlleva una menor oxigenación y menor liberación de toxinas a través de los pulmones, especialmente si la humedad relativa es elevada.
Para contrarrestar estos aspectos deberás ventilar abundantemente, pero no de cualquier manera, tienes que hacerlo utilizando la ventilación cruzada, de forma que fuerces al aire a circular de las fachadas frescas (norte y este) a las cálidas (sur y oeste).
También tratarás de activar sistemas de protección frente al exceso de radiación solar, para ello debes utilizar sistemas de protección por el exterior, como pérgolas, toldos o persianas. Los días continúan siendo largos y la iluminación artificial también la plantearás intensa y activa, exactamente igual que el tipo de energía que te acompaña durante esta estación.
Los motivos decorativos y la ropa del hogar serán de tonalidades anaranjadas, amarillentas y marrones, con estas herramientas tus biorritmos te llenarán de energía y vitalidad a lo largo del verano.
Por último, te recomendamos el mueble de mimbre. Más allá de su calidez y resistencia, posee una característica que lo convierte en la pieza ideal para las estaciones más calurosas del año. El trenzado de las hebras permite que disfrutes de una agradable refrigeración permanente en la superficie de contacto con el mobiliario, además el catálogo de diseños es cada vez más amplio.
EL OTOÑO
Es la estación de la nostalgia y la melancolía, así lo afirma la estadística, te prepararás para adquirir los hábitos de invierno: una iluminación menos intensa e indirecta a través, por ejemplo, de lámparas de pie, en previsión de la paulatina disminución de horas de luz diurna.
Si en primavera revisabas la refrigeración, en otoño toca hacer lo propio con los sistemas de calefacción, calderas, estufas y chimeneas, ya sabes que las bajas temperaturas cada vez llegan más de golpe y no querrás que te coja por sorpresa.
En esta época del año la gama cromática del entorno natural incorpora con fuerza los amarillos, rojos y ocres, pero será muy esporádico, hasta la caída de la hoja; también es tiempo de fuertes rachas de viento así que no tardes en recoger los toldos y estores que habías instalado en verano si no quieres que se dañen.
Si tienes piscina, antes de la llegada del otoño te interesará realizar el mantenimiento correspondiente de fin de la temporada de baño y, por último, te recomendamos estar atento/a a posibles obstrucciones de sumideros y canalones cuando llegue la caída de la hoja.
EL INVIERNO
Es la estación de mayor reclusión del año, la más familiar e introspectiva… prepara la casa para ello, vendrán muchas horas del día sin luz del sol y en casa necesitas iluminación, pero te interesa que no sea demasiado intensa si no quieres confundir a tus sensores biológicos.
Hace frío, es normal y hasta saludable, recuerda que respirar aire frío ayuda a liberar toxinas, no pongas la calefacción a más de 18Cº, estarás bien y gastarás menos, en esta época del año también es necesario ventilar la casa, pero no más de 5 o 10 minutos al día o perderás la calefacción.
Ahora bien, si disfrutas de un sistema de calefacción por radiación podrás renovar el aire más a menudo, este tipo de climatización se basa en calentar los materiales y no el aire. También es el momento de disfrutar de tu casa, abrígala con alfombras tupidas, cojines y mantas; si quieres sincronizarla a nivel cromático es el momento de los blancos, grises y azules oscuros.
Pero debes saber que cuando el invierno llegue a su fin, y ya puedas sentir que la naturaleza se despereza de su letargo, que los días se alargan poco a poco, y que el sol comienza a calentar más. Tienes que aprovechar, desde el principio, para abrir tu casa y activar la ventilación cruzada, la clave es abrir totalmente las ventanas de las fachadas des de las que quieras que entre el aire, y no demasiado aquellas por donde quieres que salga.
En función de la temperatura exterior te interesará que sean las fachadas soleadas o las que se encuentran en sombra, esta estrategia pasiva de climatización te ayudará a acercarte al confort térmico y gastar menos en clima a lo largo del año.
Despedimos este artículo con una cita de Grank Gehry que dice así: “La arquitectura debería hablar de su tiempo y lugar, pero anhelar la atemporalidad”. ¡Nos vemos en la próxima entrada!