Claves para conocer los secretos de la maderas

La madera no pasa de moda; es un material noble, vivo, agradecido y respetuoso si es trabajado correctamente. Hemos hablado con quienes mejor la conocen: carpinteros, ebanistas y fabricantes, y nos ha propuesto estas claves para conocer sus secretos: las maderas más agradecidas, las menos, las más hermosas o las más sostenibles, porque hay para todos los gustos.

TEXTURIZADA vs. NATURAL

La madera se puede presentar al natural o texturizada, en la imagen, perteneciente al proyecto “Residencia DBB” de Govaert & Vanhoutte, vemos un panelado natural de pino en el fondo de la escena y en el mueble tras el escritorio, la silla de trabajo, en cambio, ha pasado un proceso de texturizado para su envejecimiento.

 

¿QUÉ DETERMINA EL VALOR DE LA MADERA?

Existen varios parámetros que dotan o restan valor económico a la madera más allá de la estética. Una madera de difícil manipulación es más económica de comprar en bruto, pero esta característica encarecerá el precio de cualquier producto que se fabrique con ella.

Las maderas de fácil manipulación, por el contrario, facilitan el trabajo del ebanista y éste puede optimizar sus horas de dedicación. Ahora bien, la manipulación no determina el precio, solo lo matiza, es la demanda la que lo hace.

Mientras que un aumento en la demanda de la mayoría de materiales se absorbe con un incremento de producción, con la madera no es así, el crecimiento de los árboles no se puede acelerar, a mayor demanda, mayor precio de compra.

LA MANIPULACIÓN

El trabajo de la madera pasa por más de un especialista, son muchos los procesos industriales entre la tala del árbol y su comercialización, y en varios de ellos un carpintero se verá involucrado. Por este motivo el conocimiento de cómo trabajar cada madera es algo muy específico y valorado.

Hay maderas fáciles de trabajar por sus características, por ejemplo, el Pino Silvestre o el Castaño son maderas blandas (según la escala de Monnin) que permiten ser trabajadas sin mucho esfuerzo; en contrapartida son maderas poco estables que hay que saber manipular. La Haya, sin embargo, siendo también muy trabajable, es una madera clasificada como semidura y tiene una mayor dureza y estabilidad.

En el lado opuesto se encuentran las maderas duras o muy duras como la Jatoba y el IPE, o las nerviosas como el Alerce y el Pino Gallego, que cuestan mucho trabajarlas y estabilizarlas para asegurar productos duraderos.

Hay un tercer grupo de maderas equilibradas que suelen ser las más valoradas por carpinteros y consumidores, estas son las maderas semiduras y poco nerviosas como el Roble, el Fresno o el Olmo. Estas maderas son las que ofrecen un abanico de posibilidades más amplio, desde tableros macizos a finos trabajos de ebanistería.

Proyecto «La Mata» en proceso de obra, por Indi Arquitectura.

LA DISPONIBILIDAD

Como ya hemos apuntado anteriormente, la madera no se produce, se planifica. Es decir, las plantaciones prevén una demanda en base a la cual programan la tala. ¿Cuánto tarda un árbol en crecer? Evidentemente varía en función de la altimetría, pluviometría etc.

Por ejemplo, el bambú tarda entre 7 y 9 años, el chopo americano entre 12 y 16 años, y el roble americano más de 25 años. Las plantaciones han de planificarse de forma que tengan continuidad y futuro, cosa que no es tarea fácil.

Algunas de las maderas de fácil acceso son la Haya, el Roble, el Pino, el Sapeli o el Nogal. Unas por su rápido crecimiento (Chopo), otras gracias a la demanda continuada a lo largo de la historia (Roble y Haya) y otras por su elevado precio (Nogal).

La otra cara de la moneda son las maderas con poca disponibilidad, exóticas a parte: como, por ejemplo, el Eucalipto, la Noguera y el Cerezo según los especialistas consultados.

Proyecto Assessoria Vallparadis por Indi Arquitectura.

LA ESTÉTICA

Para el consumidor, el principal parámetro que determina si vale la pena pagar una cantidad u otra por una madera es su valor estético. Para determinar este parámetro, de un lado tenemos las cualidades naturales de cada especie: la textura, el veteado y la dirección de la fibra. La combinación de estas tres cualidades da lugar al término de figura o dibujo de la madera.

La figura puede ser resultado del aserrado, de los giros y vueltas del propio crecimiento o de una sequía sufrida por el árbol. El veteado son las líneas que se ven en la madera, son el resultado de las diferentes fases de crecimiento del árbol a lo largo del año, la dirección de la fibra varía según la especie e incluso de un árbol a otro.

La destreza del carpintero viene determinada por su capacidad de intuir la dirección de la fibra antes de comenzar a trabajar un tronco. Por otro lado, están la infinidad de procesos de acabado, algunos ejemplos son los pulidos, los teñidos, encerados, pintados y barnizados. Estos procesos tienen dos cualidades más allá de la estética, por un lado, la protección de la madera frente a agentes externos y por otro la capacidad de modificar su tonalidad y textura para conseguir un acabado más claro, más oscuro o incluso con un cierto colorido.

Proyecto «Casa Avi» por Indi Arquitectura.

LA SOSTENIBILIDAD

El uso de la madera está asociado al concepto de sostenibilidad desde dos puntos de vista, por un lado, una deforestación de las masas forestales del planeta sería catastrófica, en contrapartida el uso de madera bien gestionada en la construcción es garantía de sostenibilidad; no existe otro material de la construcción que pueda cultivarse y recolectarse como este.

La obtención del resto de materiales de construcción representa, en mayor o menor medida, una agresión al medio ambiente. Es fundamental el compromiso de los fabricantes de que sus maderas incorporen los sellos FSC y PEFC que garantizan la explotación sostenible de la madera y una correcta cadena de custodia hasta el punto de consumo.

La utilización de la madera, una vez garantizados los aspectos anteriores, tiene como resultado una edificación menos pesada y con enormes posibilidades de preindustrialización, es decir, de reducir los costes indirectos de la obra y los tiempos de ejecución.

Para concluir destacaremos el hecho de que muy probablemente la madera sea el único material de la construcción cuyo residuo puede ser reducido a prácticamente cero, puesto que hasta el serrín y la corteza tienen un uso. Pueden reutilizarse en otras obras, como ocurre con determinadas vigas macizas, y se pueden reciclar, en forma de Biomasa o pasando a otros procesos de industrialización.

EL ACABADO

El aceitado es un acabado muy apreciado porque respeta la naturaleza de la madera, su tacto y su aspecto, aunque también los hay con tintes. Su ejecución y su mantenimiento son simples, especialmente para maderas que no han de ser pisadas.

Teñir la madera siempre supone un oscurecimiento de la misma, aunque existen otros procesos para su blanqueado. Los tintes pueden aplicarse directamente sobre la madera o incorporarse a otros tratamientos como al aceitado o a los lasuras.

Proyecto «Green&Burger» por Indi Arquitectura.

Nunca deja de sorprender cómo la madera siempre está presente en la mayoría de proyectos de los que denominamos vanguardistas, que anticipan lo que vendrá. La relación que mantiene la arquitectura con la madera se remonta a miles de años atrás y, a pesar de ello, seguimos descubriendo nuevas formas de trabajarla y tratarla para que nunca deje de ser una opción de futuro.

¡Hasta la próxima entrada!